¿Te suena eso de lamentarte por haberte quedado sin gigas estando a mitad de mes? Y, ¿cómo lo consigue ese amigo que te dice que siempre le sobran? ¿Mandando palomas mensajeras? Al fin y al cabo, Si Chen, Karim y Hurley crearon Youtube fue para que lo usáramos, ¿no?
Para poner a prueba el consumo de datos y desentrañar todas estas dudas nos hemos propuesto llevar a cabo un experimento internetológico: tratar de agotar la tarifa infinita de Yoigo. Así nos ha ido.
Spotify y Youtube a tutiplén
Hay quien prefiere gastar esa eterna ida y vuelta al trabajo leyendo un libro, pero nosotros preferimos meterle caña a nuestras playlists veraniegas con Spotify. Ya sea Pablo Alborán o Snoop Dog, le damos a todo. Y no solo en el metro, también yendo a correr y hasta en el trabajo con una playlist relajante para concentrarnos mejor y que a los compañeros el Wifi les vaya como un tiro. Así, además, ya hemos hecho la buena acción del día mientras observamos cómo se nos van 144MB por cada hora de streaming musical.
Pero el siglo XXI nos ha vuelto seres multimedia y, si escuchar música a todas horas mola, ver videoclips en Youtube mola todavía más. Normalmente no seríamos tan osados de invertir nuestros datos en Enrique Iglesias pero, qué demonios, ¡hemos venido a jugar! Ver 50 veces seguidas el vídeo de “Súbeme la radio” a máxima resolución “tan solo" va a gastar 5,5GB de nuestra tarifa.
Abusamos de Google Maps
Hemos pasado por las mismas calles mil veces, y por las que no podríamos preguntarle a cualquier persona que nos crucemos, pero recordamos que estamos tratando de aniquilar nuestros gigas y la ubicación junto al Google Maps chupan lo que no está escrito. Así que, ni cortos ni perezosos, marcamos nuestro destino, cerramos los ojos y dejamos que la agradable voz de Google Maps nos guíe. De camino nos chocamos con varias farolas, estaba claro que algún precio íbamos a acabar pagando.
Las madres siempre nos preguntan qué hacemos y dónde estamos, así que también les compartimos nuestra ubicación en tiempo real, para que lo sepan las 24 horas del día. Total, ¿qué son 35MB a la hora a cambio de tener contenta a nuestra mami? ¡Calderilla digital!
Y, porque no se puede, pero si no también comprobaríamos cuánto se tarda del salón a la cocina en coche, bicicleta y a pie.
La gran adicción: las redes sociales
Que levante la mano el que no abra al menos cada 20 minutos Whatsapp, Twitter, Facebook y/o Instagram. Inocentemente, descargamos, abrimos y envíamos fotos en cualquiera de estas aplicaciones y, a poder ser, respondemos con un audio o una foto. Aunque nos neguemos a creerlo, todo esto consume datos, concretamente unos 500MB por cada hora que andes chismorreando en las redes sociales.
Y si a ello le sumas los Facebook Live para enseñarle al mundo cómo tu tía la lía cocinando albóndigas, entonces podemos empezar a despedirnos de datos en cantidades industriales.
Según Facebook, el máximo de sus retransmisiones en vivo son 4 horas, así que no podemos marcarnos un Gran Hermano full time, pero si retransmitir nuestro día a día. Eso sí, cada 4 horas nos tomaremos un break aunque sea para cambiarnos de ropa o ir al baño. Montar nuestro propio Show de Truman serían otros 3GB diarios que sumar a nuestros datos gastados.
Baño + Fortnite = Peligro
Lo malo es que en el baño la taza del váter siempre invita a quedarse. Opciones para entretenerte, las que quieras, pero como estamos así de estupendos con nuestros gigas pasamos de los sudokus y echamos una partida de Fortnite: los minutos se nos pasan volando mientras intentamos sobrevivir hasta que el alguien aporrea la puerta y nos despierta del hechizo. Probablemente lleguemos a gastar unos 40MB (media hora) hasta que nos desalojen de nuestra íntima trinchera.
El sofá, nuestro mejor aliado consume-gigas
Al llegar a casa, no puede faltar tumbarnos en el sofá a empollarnos todo el catálogo de Sky. Así que utilizamos Chromecast como si tuviéramos gigas infinitos para reproducir todas las películas de A todo gas, repasar las 5 temporadas de Breaking Bad o descubrir que de repente el manga y los realities de la MTV también tienen su encanto. Obviamente, todo esto tirando de datos, que no se diga.
Si nos quedamos dormidos y despertamos de madrugada, emprenderemos la peregrinación del sofá a la cama sabiendo que nos acabamos de fundir 5,2GB de datos en tan sólo 4 horas.
Unas pocas compras antes de dormir
Para coger el sueño, en lugar de contar ovejitas se nos ocurre contar productos de Wallapop. Y, ya que nos hemos puesto, también acabamos haciendo un poco de scroll en Asos y Amazon. El truco es clicar en todas las imágenes posibles, si tienen vídeo de demostración mejor, para arañar otros 5MB. Como no podía ser de otra forma, terminamos comprando gafas playeras de estrella y una camiseta de “I love paella” para lucir en vacaciones.
A pesar de todo este “gigantesco” derroche, nuestro smartphone sigue rebosando datos con la misma alegría que el primer día. Por supuesto, esto no hubiera sido posible sin la Tarifa Gigas Infinitos, porque con datos ilimitados podrás por fin dejar de ponerle puertas a tu consumo internetero. Eso sí, te recomendamos un consumo de datos responsable, del mismo modo que tampoco es conveniente reventar a comer cuando vas a un buffet libre.
Y, si alguna vez alguien te llora porque se gasta los datos que tiene contratados a los pocos días, ya le puedes invitar a este paraíso infinito, en el que poder escucharlo y verlo todo sin preocuparte por nada.