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Si alguna vez pensaste: "Estos gadgets parecen sacados de Black Mirror, que sepas que la realidad supera a la ficción. La tecnología avanza rapidísimo y lo que antes eran distopías ahora son dispositivos reales que puedes comprar.
En la actualidad los límites entre la vida digital y la real se mezclan, y los dispositivos empiezan a "entendernos" mejor que nosotros mismos. En este artículo vamos a repasar los inventos más locos, inquietantes y reales que hemos encontrado.
Prepárate, porque algunos te van a flipar… y otros son un poquito inquietantes, la verdad. Desde control mental hasta perros robots, estas tecnologías nos dejan claro que el futuro ya llegó, y es tan brillante como perturbador.
¿Todo listo? Aquí van los dispositivos más Black Mirror del mundo real, y sí, alguno de ellos ya se pueden comprar.
Sí, has leído bien: ya hay gente usando las Apple Vision Pro solo con el pensamiento. La startup Synchron ha desarrollado un implante cerebral llamado Stentrode que permite controlar interfaces digitales sin mover un solo músculo.
Ciencia ficción, pero funcionando en hospitales reales. El implante capta señales neuronales y las traduce en comandos, haciendo posible escribir, navegar o mover objetos virtuales con la mente.
Lo más flipantes es que se implanta por una vena, sin cirugía.
Imagina un dispositivo que no necesita pantalla, que te proyecta información en la mano y te responde con inteligencia artificial. Eso es el Humane AI Pin, un pequeño gadget que llevas en el pecho y que reemplaza al smartphone.
Funciona con IA generativa y una cámara que analiza tu entorno. Es cómodo, elegante… y puede grabarte 24/7. Si Black Mirror tuviera un nuevo capítulo sobre privacidad, este pin sería el protagonista.
Lo que Black Mirror planteaba en Arkangel ya no es una locura. Neuralink, de Elon Musk, ha logrado que pacientes con parálisis controlen un cursor solo con su mente.
Es ciencia, sí, pero también abre un debate ético brutal sobre el acceso, la privacidad mental y el control tecnológico.
Los ensayos son prometedores, pero inquieta pensar que tu cerebro podría conectarse directamente a internet. Si esto sigue avanzando, dentro de poco podríamos ver anuncios "personalizados" directamente en la cabeza.
Los perros robots de Boston Dynamics ya patrullan calles, fábricas y estadios. Tienen cámaras, sensores y capacidad para moverse solos, esquivar obstáculos y grabar todo lo que ven. Son útiles, sí, pero también inquietantes.
En Corea del Sur, algunos ya se usan con armas no letales... y muchos gobiernos están explorando su uso en seguridad pública.
En China, el sistema de crédito social ya evalúa a las personas según su comportamiento. Pagas tus deudas, ganas puntos; rompes reglas, los pierdes.
Suena como Caída en picado, donde la gente vivía obsesionada con su puntuación social, pero aquí no es ficción: es política pública real.
Algunas apps occidentales ya copian la idea: Uber, Airbnb o incluso LinkedIn usan reputación digital para darte ventajas. El problema es cuando tu "nota social" define tu vida, eso sí.
Los visores como Meta Quest 3 o Apple Vision Pro están rompiendo las barreras de la inmersión. No hablamos de jugar, sino de vivir en una realidad mixta, donde el mundo físico se mezcla con lo digital. Como San Junipero, pero sin el romanticismo retro.
Ya existen oficinas virtuales, terapias inmersivas y conciertos 3D donde la gente olvida dónde empieza el mundo real. El reto no es técnico, sino psicológico: ¿cuánto tiempo podremos vivir entre dos realidades sin perder la cabeza?
Olvídate del smartwatch. Ahora existen tatuajes electrónicos ultrafinos que miden ritmo cardíaco, glucosa y hasta expresiones faciales. Algunos prototipos pueden detectar estrés o mentiras analizando impulsos eléctricos.
La empresa MC10 y universidades como la de Stanford trabajan en estos sensores que se adhieren a la piel y envían datos biométricos en tiempo real. Lo que falta es saber quién ve esos datos… y si se pueden borrar cuando ya no quieras compartirlos.
Sí, hay empresas que ya te ofrecen "seguir vivo" digitalmente. Se basan en IA que entrena modelos de voz y personalidad con tus datos online, para crear un clon virtual.
En China ya hay startups que lo hacen con fallecidos, y en EE. UU., Microsoft patentó una versión experimental.
El resultado es inquietante: un chatbot que habla como tu ser querido, responde como él y nunca muere. El límite entre duelo y nostalgia se desdibuja, y el resultado es puro Be Right Back.
Hoy en día, la seguridad va mucho más allá de las cámaras visibles. Sistemas de reconocimiento facial con IA detectan rostros, emociones y movimientos en segundos. En lugares como aeropuertos o estadios, ya saben quién eres antes de mostrar tu DNI.
Lo peor es que estas redes no siempre son transparentes, y los datos se usan para publicidad, control o predicciones sociales. Suena como paranoia, pero está pasando.
Cada nuevo avance tiene dos caras: la promesa y el peligro. Gracias a ellos, millones de vidas mejoran. Pero también nos acercamos a una era donde la privacidad será un recuerdo. El futuro no da miedo porque sea oscuro, sino porque ya empezó sin que lo notáramos.
Así que la próxima vez que digas "esto parece de “Black Mirror", mírate el reloj, el móvil o las gafas. Puede que el episodio lo estés protagonizando tú. ¿Cuál de estos dispositivos te parece más interesante... y cuál no usarías nunca? 🤯
