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Este mes de marzo nos vamos a despedir del etiquetado energético que nos venía acompañando desde 2010, vamos a cambiarlo por uno bastante más lógico y adaptado a las necesidades de 2021. Nos podemos ir olvidando de esos A+++, A++ y A+.
El nuevo etiquetado de eficiencia energética de la Unión Europea pasa a jugar con las letras de la ‘A’ a la ‘G’ para informarnos de la eficiencia de cada electrodoméstico, manteniendo los colores, que van del verde al rojo. En la siguiente imagen podéis ver claramente las diferencias entre el antiguo y el nuevo sistema:
En realidad no hay un cambio importante en el sistema desde el punto de vista de la interpretación, seguimos con los colores y el orden ascendente: cuánto más arriba, más cerca de la ‘A’, significa mayor eficiencia.
Lo interesante es que desaparecen las variantes de la letra A (A+, A++ y A+++), para cambiar por letras diferentes en los tres primeros lugares de eficiencia (A, B, C). De esta forma queda mucho más claro el cambio entre los productos más eficientes.
La división en la clase A se creó para abarcar productos energéticos mejores que iban apareciendo en el mercado, ahora no solo deja de tener sentido, sino que se reestructuran las puntuaciones para pasar a ser bastante más duras. Por ejemplo, un producto que antes recibía la etiqueta A+++, ahora será de la categoría C.
¿Por qué bajar de nivel a todos los electrodomésticos? No significa que los productos hayan empeorado, la idea es dejar libres las categorías superiores para que haya un margen de mejora en los nuevos electrodomésticos que van apareciendo, con nuevas tecnologías que los convierten en más eficientes.
De esta forma no vamos a encontrar todavía productos catalogados como A, veremos muy pocos que luzcan la B, y algunos más con la C.
A finales del año pasado ya vimos como algunos fabricantes comenzaban a utilizarla, sin tener la obligación, pero desde este pasado 1 de marzo es necesario colocarla en los nuevos productos, también será conveniente actualizar las de los que ya estaban a la venta.
Desde marzo es obligatorio en lavavajillas, lavadoras, frigoríficos y dispositivos con pantallas electrónicas. Tendremos que esperar al 1 de septiembre de este año para verlas obligatoriamente en sistemas de iluminación.
Será en 2022 cuando el nuevo etiquetado sea recibido por los aires acondicionados y las secadores.
No solo cambian las letras, hay un ligero cambio de diseño que la Comsión aprovecha para introducir nueva información:
No se introducen en esta etiquetas el factor de reparabilidad de los dispositivos, que es algo que contará con su propio sistema y funcionará en paralelo.
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