Con tanto Whatsapp y tanto emoji, parece que ya no importa escribir bien pero, a día de hoy, un correo con faltas o expresiones como “okis” o “de ways” pueden hacerte perder una oportunidad de trabajo o una venta.
Por eso, te proponemos los mejores revisores gramaticales en español para que no tengas que jugártelo todo a tilde o no tilde.
Stilus te ayuda, no solo a corregir faltas ortográficas y gramaticales, sino también errores de estilo.
El corrector de Word hace un análisis automático y superficial del texto, mientras que Stilus se fija a fondo en el contexto, llegándote a decir si has alargado demasiado una frase o si repites palabras. Cuenta con informes de revisión completos, explicaciones didácticas y herramientas como conjugadores. Vamos, lo que vendría a ser como el Disneyland de los filólogos.
Registrándote, puedes corregir hasta 5.000 palabras al mes sin coste, pero su versión de pago son 30 eurazos al mes. La más completa, pero por el precio solo aconsejable si vas a reescribir el Quijote.
Spanish Checker revisa la gramática y la ortografía, no el estilo. Eso sí, te pone una nota de gramática del 0 al 100%, lo que te indica si hay pequeños errores o si deberías volver a la ESO. Además, bajo el texto añade unas notas con los errores, explicándote el por qué con ejemplos, aunque no siempre acierta.
La versión gratuita permite revisar textos de manera ilimitada, siempre que cada uno tenga, como máximo, 250 palabras, y sin registrarse, mientras que la versión pro cuesta solo 12 euros al año y permite revisar textos de longitud ilimitada. Una buena alternativa de apoyo para contrastar si no tienes tiempo de registrarte y no quieres gastar un duro.
La mejor opción. Corrige ortografía, gramática y estilo, adaptando la corrección en función de si el texto es académico, casual, creativo o técnico.
Este revisor genera informes completísimos de varias páginas indicando las palabras más usadas, si los párrafos son fáciles de leer o no, si se repiten palabras o incluso cuántas hay de más de 3 sílabas (para buscar sinónimos más cortos).
Eso sí, pese a corregir en español, el menú sigue estando en inglés, así que conviene dominar el idioma de Shakespeare. Y tienes que registrarte para su versión gratuita. La de pago viene sin límite de palabras y cuesta unos 40 euros al año.
Además de usar alguno de estos correctores, también hace falta tener una buena base y no confiar solo en un software, que el lenguaje a veces es más flexible que Elasti-Girl de Los Increíbles.
La prueba está en que este bloguero probó textos de Borges o Cortázar en ProWritingAid y le salió que ambos autores debían de revisar sus textos. A ver quién es el guapo que se hubiera atrevido a decírselo. Así que conserva tu estilo, sí, pero en textos que no sean creativos sigue la norma y seguro que das en el clavo.